28/2/09

Magenta

Era hermosa, no puedo negarlo.

La primera vez que la ví me recordó a aquellas presiosuras que Silverberg describia en sus historias con unas cuantas palabras.

Era una creatura fenomenal, puedo deshacerme en palabras, adjetivos, descripciones, metáforas y aun así no podría delinear una imagen a su semejanza.

Su traje nanotextil ceñido al cuerpo, dejando notar sus curvas y su perfección, su vello fino, color durazno y esa cualidad de emitir un olor corporal siempre agradable al olfato.

El magenta de sus tres bellos y simétricos ojos combinaba con el ánimo de su vestidura.

No puedo dejar de pensar en ella, todos los días, minutos antes de dormir. Es lo último que pienso.

No siento pena de haberle disparado, eran mis órdenes, la ciencia y el conocimiento a veces deben anteponerse a los sentimientos por un bien mayor.

Y tampoco me arrepiento de experimentar tal placer con tan extraño ser.

Espero un hijo suyo.

No hay comentarios: